Se ha confirmado que cuatro tiqueteros que fueron sancionados en Calvià no habían firmado ninguna relación laboral
El Grupo de Blanqueo de la Policía ha constatado, a través de datos oficiales, que en el año 2002 el grupo Cursach estaba utilizando a trabajadores sin contrato, cuando en aquella época la normativa obligaba a tener asegurados a todos los empleados.
Esta información ha sido comunicada al juzgado de instrucción número 12 de Palma y tiene su origen en los boletines de denuncias que la Policía Local de Calvià tramitó contra los tiqueteros de la discoteca BCM que se estaban dedicando al reparto de publicidad del negocio, en un horario que no estaba permitido. Una sanciones, como también se ha constatado,que nunca se llegaban a pagar, gracias a las influencias que tenía el empresario Cursach dentro del Ayuntamiento de Calvià.
En estas multas económicas incoadas por la Policía Local de Calvià figura el nombre del trabajador de la discoteca BCM que fue sorprendido realizando un reparto de publicidad en un horario no autorizado. Se trata de nueve ciudadanos extranjeros, la mayoría de nacionalidad británica, que eran utilizados por la empresa para captar clientes para que entraran y consumieran en la empresa del Grupo Cursach.
Al contar con la identidad de estos nueve empleados sancionados, con nombres y apellidos, la Policía solicitó información a las autoridades laborales para conocer el tipo de relación que mantenían con la empresa. Y el resultado, como se sospechaba, es que no todos estos empleados que trabajaban para Cursach habían firmado un contrato laboral con la empresa de ocio. De los nueve, solo seis de ellos estaban contratados, mientras que el resto no tenían, teóricamente, ninguna relación laboral con la empresa, aunque también repartía panfletos publicitarios de la discoteca. Sin embargo, al tratarse de hechos que datan del año 2002, es decir, hace casi 16 años, la posible infracción ya habría prescrito.
Los investigadores sospechan que en esa época la empresa utilizaba a muchos más trabajadores sin contrato, si bien documentalmente solo se puede demostrar cuatro casos. Sin embargo, ya en aquella época las empresas tenían la obligación legal de firmar un contrato laboral con todos los trabajadores que utilizaban.
Los seis tiqueteros que si disfrutaban de un contrato laboral, firmaron el documento en el mes de mayo, cuando se iniciaba la temporada turística y mantenían la relación con la empresa, en unos casos hasta el mes de julio, y otros hasta finales de agosto. Además, estos trabajadores fueron contratados a través de diferentes sociedades del grupo, si bien todos ellos repartían publicidad de la misma discoteca del grupo Cursach. Este dato pudo ser confirmado en su momento por la Policía Local de Calvià, dado que los agentes decomisaron a estos trabajadores tiquets de la discoteca.